Posible agresión militar de Estados Unidos a Venezuela es el fruto de una amenaza manufacturada y de un argumento tonto, apoyado por miles de tontos
Por David R. Lorenzo
Los Estados Unidos mantienen desde hace casi tres meses un cerco naval a Venezuela, con una cada vez más creciente amenaza de agresión militar, por la tonta acusación de que sus dirigentes y gobernantes integran un ficticio "Cartel de los Soles", que supuestamente envía toneladas de drogas hacia ese país del norte.
Este lunes 24 de noviembre del 2025, la Secretaría de Estados de los Estados Unidos oficialmente declaró al llamado "Cartel de los Soles" como organización terrorista, lo que da lugar a que ese país, puede emprender cualquier acción militar contra Venezuela, ya sea una tipo Rambo, bombardeos selectivos para eliminar al presidente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros líderes del chavismo, o una especie de Gaza 2.0, es decir tierra arrasada.
El secretario de Estados de los Estados Unidos, Marco Rubio, consideró que los supuestos integrantes del cartel, "son responsables de la violencia terrorista en todo nuestro hemisferio".
Mientras que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, arremetió contra el gobierno estadounidense tildándolo de ridículo.
Por el igual, el Presidente de Colombia, Gustavo Pedro había dicho que "el Cartel de los Soles no existe. Es la excusa ficticia de la extrema derecha para derribar gobiernos que no les obedecen".
Con este artículo no pretendo defender al gobierno de maduro, sino plantear mi posición ante invasión contra cualquier país latinoamericano y exponer los principios de los Estados Unidos y de cualquier otro imperio, para agredir una nación, que son los siguientes:
Primero: Todo imperio para expandirse o mantener su dominio necesita hacer las guerras a los más débiles, y engullírselos como si fuera un refrigerio, o como si fuera una especie de Drácula, que necesita sangre cada cierto tiempo.
Segundo: antes de agredir necesita denunciar una amenaza manufacturada, ya sea real o una ficción, como por ejemplo, acusar a la nación de apoyar el terrorismo, a los yihadistas, al narcotráfico o al comunismo, como en este último caso sucedió en la República Dominicana en el 1965. También, puede ser acusado de tener armas de destrucción masiva o ser un narcoestado, entre otras.
Cualquier argumento o acusación por muy embeleco o por muy ilógico que sea, siempre resultará creíble y hasta noble para muchos, porque la mentira siempre se cotiza en alza en el discurso político. Además, toda interpretación de la realidad, pasa por un proceso de subjetividad.
Tercero: Necesita buscar un enemigo fácil, al que pueda meriendar o destruir con facilidad, aunque a veces se falle en la escogencia del objetivo, como sucedió en Vietnam y en Afganistán. Los imperios evaden a sus iguales, al menos que no tengan otras alternativas, porque saben que el hierro con el hierro se aguzan.
Cuarto: Tienen que hacer una acusación aunque sea difícil de creer, menos para los fanatizados, tontos y atolondrados. Estos hacen suyos sus argumentos, añaden otros y los defienden a capa y espada, por muy estúpidos que sean, como por ejemplo, "las armas de destrucción masiva".
Casi todas las invasiones a países de América Latina se han realizaron con la falsa coartada del anticomunismo, pero, todas fueron apoyadas y defendidas por los mismos tontos de siempre, aunque hoy parecen haberse multiplicados.
Esto se debe a que los idiotas no comparan el pasado y mientras las mentiras tienen mayor grado de emotividad y combinan con sus colores, mayor eficacia tienen en ellos.
Quinto: Los agresores les ponen mucha importancia a los discursos, narrativas y propagandas. No necesitan hacer muchos esfuerzos para convencer, porque al provocar pasiones, la razón es la primera víctima, y eso hace que millones en el mundo estén sedientos de guerra, destrucción y muertes.
De esa manera, personas que se supone son inteligentes, en el fondo son unos tontos, y que además se vuelven estúpidos y parte del mundo también se vuelve estúpido con ellos. Por eso vemos a intelectuales, periodistas, comentaristas, políticos, profesionales, presidentes y ex presidentes, entre otros, asumiendo como verdaderos los argumentos bobos o fantasmagóricos, como por ejemplo, el del Cartel de los Soles.
Hasta el presidente dominicano, Luis Abinader, ha declarado al "Cartel de los Soles", como organización patrocinadora del terrorismo, porque Marco Rubio se lo propuso, sin saber qué es eso. De esta manera él se incluyó voluntariamente entre el grupo de los tontos.
Sexto: Los imperios con su despliegue de poder ante los débiles alimentan sus egos, y se creen invencibles e indestructibles.
Toda destrucción o derrota a un enemigo fácil genera recompensas políticas en favor de sus gobernantes, por parte de sus ciudadanos. Los habitantes imperialistas también se alimentan de la vanidad y de la arrogancia. Así que la mayoría apoyará el castigo a quien se salga del carril o se crea un David que puede volver a vencer a Goliat. La sangre del otro les provoca éxtasis, pero las de ellos, horror.
En esta oportunidad, los Estados Unidos primero montaron un teatro en el mar Caribe, frente a las costas de Venezuela, con 18 barcos de guerra, submarinos, aviones y el portaaviones más poderoso del mundo, con los cuales les han lanzados misiles a unas 24 lanchas, algunas de maderas, matando a unas 80 personas, que llaman narcotraficantes, pero que otros dicen que son empleados del narcotráfico o pescadores desesperados por la pobreza.
En el segundo acto, le han dado vida al ficticio Cartel de los Soles, organización de la que no hay nadie preso ni eliminado, pero, que los Estados Unidos dice que lo integran el Presidente Nicolás Maduro, ministros del Gobierno y los jefes de las fuerzas Armadas, el cual de ser así, debe ser el más elitista del mundo.
En favor de Venezuela las Naciones Unidas reconocen a ese país libre de cultivos ilícitos de estupefacientes y con relativos eficaces operativos contra su transporte, lo que no quita que realmente haya narcotráfico.
Si bien es cierto que en Venezuela hay una crisis política, que muchas personas y países critican al Gobierno de Nicolás Maduro y lo califican, con razón o sin razón, de ilegítimo, lo cierto es que ninguna nación de América merece ser agredida, ni invadida por esa razón, y mucho menos por un invento de un Cartel de los Soles.
Sin embargo, muchas personas están deseosas de que Donald Trump apriete el gatillo y comiencen a volar los misiles sobre Venezuela y a derramarse sangre, porque estamos en una sociedad que, en lugar de combatir la mentira, le enarbolamos la antorcha del triunfo.


