SENASA: Traición y vergüenza… Al amanecer
Por Perfecto Martínez
Buenos días. El escándalo del Senasa no es solo una burla a la prédica y empeño del presidente Abinader por contener los actos de corrupción en su administración, si no una de las peores muestras de que el sistema político criollo está permeado por el miserable cáncer de la corrupción administrativa. Lo que ha quedado en evidencia es que una cosa dice el mandatario sobre el particular y otra lo que hacen muchos de sus funcionarios, quienes se aprovechan de la oportunidad de manejar fondos públicos para lucrarse.
En ocasión de remitir directamente a la procuradora general de la república el informe acerca de los actos dolosos en Senasa, Abinader reiteró este domingo su advertencia respecto a los actos que dañan su gestión y su determinación de no permitir "impunidad de ningún tipo" en su Gobierno. El procedimiento ocurre en medio de una ola de escándalos que involucran a decenas de instituciones públicas y que, según Melgaros Ortiz Bosch, al menos cincuenta casos han sido tramitados por ella al ministerio público.
Parecería que tanto la justicia como el propio gobierno están compelidos a actuar sin vacilaciones, de manera frontal y sin pérdida de tiempo, antes de que siga creciendo en la sociedad la percepción de que, muy probablemente, se está ante uno de los gobiernos más corruptos de la historia política criolla.
Es grave oír que, como si se tratara de la plaga de Egipto, una estructura mafiosa se apoderó de la cita entidad e hizo ruidosas diabluras, que abarcaron vergonzosas modalidades como contratos irregulares, cientos de procedimientos médicos fantasmas que envuelven decenas de millones de pesos, pagos rápidos de miles de inexistentes consultas y cirugías, que los pacientes nunca recibieron, transferencias anormales para pagar a suplidores, consultores médicos, prestadores de servicios, a lo que se suma el pago de 780 millones al año, "sin importar si los pacientes recibían o no atención, en un acuerdo sin mecanismos de fiscalización claros".
Lo de la nómina y la innecesaria contratación de 19 oficinas en Estados Unidos y Puerto Rico, se prestan para escribir un guion especial para una producción cinematográfica de alto nivel. ¿Dónde irá a parar este deprimente caso y los demás?