El Nunca Jamás, el ministro y la oposición
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El Nunca Jamás, el ministro y la oposición

Fotografía de Luís Céspedes Peña 7El Mirador

Por Luís Céspedes Peña

La aprobación de lo que se convirtió en la famosa frase de Dos Períodos Consecutivos y Nunca Jamás, que consistió en que el Presidente Danilo Medina quedaba inhabilitado para aspirar luego de cumplido ese plazo, parece que les creó un trauma a muchas personas, debido a que ignoran que ese tiempo comenzó en Agosto del 2016, cuando tomó juramento nuevamente.

En las modificaciones constitucionales no cuenta el retroactivo o tiempo pasado. Se comienza a partir de la proclamación a la modificación.

La proclamación de la modificada Constitución en el 2015 se produjo en ese mismo año. Y si se produjo en esa fecha, a pocos meses de las elecciones nacionales del 2016, la modificación no incluyó los cuatro años anteriores, sino que se inició al cumplirse el período, que como expliqué anteriormente, se produjo en el 2016.

Tenemos el deber de recordarles a quienes cuestionan la legalidad del derecho que tiene el Presidente Medina a aspirar a un segundo período constitucional, como está establecido, que en otra modificación anterior se elevó a seis años el período de los legisladores y alcaldes, no se redujo a dos.

¿Por qué ocurrió eso? Porque la modificación comienza a partir de su proclamación o lo que es lo mismo, iniciando el proceso en ese momento.

Los dos períodos consecutivos, según la Constitución, son 2016 al 2024, no del 2012 al 2020, como se está diciendo, en virtud de que la modificación se produjo en el 2015.

Es por esa razón que si el Presidente Medina decidiera aspirar a la repostulación, no hay que modificar la Constitución. ¡Ya está establecido el período de ocho años o el Nunca Jamás!

Hay que recordarles a los lectores, que esa propuesta de ocho años y nunca jamás, es de la autoría del ministro de Administración Pública y miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), licenciado Ramón Ventura Camejo, la cual se produjo en el 2015 en la ciudad de Puerto Plata, en el desarrollo de un seminario.

Es muy importante que el abogado constitucionalista de Santiago, doctor José Darío Suárez, que también trabajó en la modificación a la Constitución presente, aclare si ese evento incluyó el período que culminaba el Presidente Medina en el 2016, porque de ser así, se trataría de un fenómeno nuevo para los que investigamos los procesos constitucionales.

Pero el propio ministro Ventura Camejo, a quien conocemos como un político honesto e incansable trabajador a favor del desarrollo del país, debe aclarar cuál fue el espíritu de su propuesta.

¡No estamos escribiendo de cualquier ministro! Estamos escribiendo de un hombre que fue gobernador de la Provincia Santiago, enlace entre el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo, diputado y senador en varios períodos.

En lo que respecta a la oposición, la vemos "enredada como en un cable de hierro, que no tiene forma de soltarse".

A Leonel, la oposición le teme porque fue un Presidente que fue capaz de transformar estructuralmente el país, convirtiendo a muchas ciudades, como la capital, en grandes metrópolis del desarrollo, logrando cambiar la vida económica de los maestros, gran parte de los periodistas, llevando a la Universidad Autónoma de Santiago (UASD) a todos los rincones del país y otros sectores que nunca olvidan al gobernante.

A Danilo Medina, el Presidente de la República, la oposición no quiere que se le mencione ni el nombre, porque éste está arrastrando con los votos de la mayoría de los campesinos, especialmente de los productores, los sectores industriales y empresariales.

Y hay que decir que ningún de los dos principales aspirantes a la Presidencia para el venidero período (Leonel y Danilo), no les preocupa tanto los problemas internos del PLD, porque ellos saben que los peledeístas votan por los candidatos de su organización o, mejor dicho, por los que se escogen en las convenciones.

Pero nadie debe ignorar que si la oposición lograra unirse, nadie le ganaría las elecciones. ¡El problema está en que nunca se une! Ni siquiera los grupos de la izquierda.

¡Gracias por leernos!