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Su Libertad

Foto Jesús de NazaretÁnimo en dos minutos

Por Luis Rafael García

Cuando el sacerdote empezó a leer el evangelio, un perrito echado en la puerta del templo lo miró y lo oyó.

Lo oyó, pero no lo escuchó. Lo oyó porque los perros oyen muy bien. No lo escuchó, porque un animal no puede escuchar.

Dentro del mismo templo, sentada en un banco, había una persona. Quien también miró al sacerdote, y también lo oyó leyendo el evangelio. Pero tampoco lo escuchó.

El perro no escuchó porque no puede. Esta persona no escuchó porque libremente decidió distraerse pensando en otra cosa.

Otro tipo de persona que también miró y oyó al sacerdote. Pero hizo algo más: ESCUCHÓ.

El perro sigue sólo sus instintos: no es libre.

Las dos personas sí eran libres. Al primero lo dominó la distracción. El segundo logró escuchar. ¿Cuál considera usted tiene mayor grado de libertad?

El mundo donde estamos viviendo nos está haciendo muy difícil escuchar. Bombardeados con imágenes y ruidos se nos han metido también en nuestra cabeza, lo cual hace aún más difícil que podamos detenernos y escuchar Su Palabra.

Con razón hay tantas personas sin haber encontrado algo que dé sentido a su vida y le revele su camino personal hacia la felicidad. Esas personas necesitan la libertad de escuchar.

En el evangelio de San Marcos 9, 1-9, se oye la voz de Dios haciendo una declaración:
"Este es mi hijo a quien yo quiero"

Y haciendo una exhortación: "Escúchenlo"

Cuando se proclame La Palabra de hoy habrá perritos sin poder escuchar, personas dominadas por la distracción; y otras ejerciendo la libertad de escuchar la palabra de Dios, a pesar de todas las distracciones que puedan tratar de dominarlos.

Esa Palabra será eficaz sólo en estos últimos.

Ella los orientará, los protegerá, los animará y los fortalecerá, capacitándolos para ser felices.

El Señor lo dijo: "Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica." (Lucas 11,28)

Y: "El que escucha mi Palabra y la pone en práctica es como un hombre inteligente que edificó su casa en la roca" (Mateo 7,24)

Si usted ha decidido leer este artículo y ha terminado de hacerlo, a pesar de todas las distracciones, es señal de que también es capaz de escuchar y entender la Palabra de Dios.

LA PREGUNTA DE HOY

¿PUEDE CUALQUIER PERSONA EJERCER LA LIBERTAD DE ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS?

Sí. Cualquier persona puede ejercer la suprema libertad de escuchar la Palabra y decirle SI a Dios. Sólo tiene que tener la humilde valentía de hacer silencio, y agacharse.

"Les aseguro que, si no cambian y se hacen como niños, no podrán entrar en el Reino de los cielos" (Mateo 18,3)