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El adulto libre y el tibio

Foto San MateoÁnimo en dos minutos

Por Luis Rafael García Dubus

Todas las personas adultas que lean o escuchen este domingo un párrafo que está en el evangelio de Mateo, escucharán, en una brevísima parábola, la diferencia entre un adulto y un tibio. Dice así:

"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero diciéndole: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña". Le contestó: "No quiero," pero después recapacitó y fue.

Se acercó el segundo y le dijo lo mismo. Este contestó: "por supuesto señor," pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?" (Mateo 21, 28-30)

Seguramente usted diría que el primero, quien cumplió la voluntad del padre. El segundo era muy "simpático" y "dispuesto". Contestó que iría... pero luego parece que "se le quitaron las ganas," y el padre se quedó esperándolo.

El primero, a pesar de que no tenía ganas de ir, fue. No actuó según lo que sentía, sino según lo que decidió hacer. Su decisión fue el deseo de complacer a su padre.

Si hoy, nos hace el Señor esta pregunta, ¿Qué le contestaríamos?

El mensaje de hoy es este: El Señor nos está enseñando que la persona se realiza y se valora cuando actúa según lo que decide.

Para el tibio, sus deseos mandaran, este es digno de lástima, es mediocre, desconoce la felicidad del adulto libre.

La persona adulta, no vive según lo que siente. Vive según lo que decide y en esto encuentra su felicidad. Una felicidad producto de su propia libertad, guiada por la Palabra de un Padre confiable, amoroso y fiel.

La gran sorpresa y alegría del que decide guiarse de la Palabra de Dios – tenga ganas o no – es que descubre que todo es para su bien, porque ESA ES, PRECISAMENTE, LA VÍA PARA SU AUTÉNTICA FELICIDAD.

LA PREGUNTA DE HOY

¿ACASO SER CRISTIANO SIGNIFICA UNA CONSTANTE AUTO NEGACIÓN Y UNA VIDA DE SUFRIMIENTO?

Si lo que Dios quiere fuera que viviéramos sufriendo, Dios no sería amor, sino exigencia; no sería compasión, sino dureza. ¡Nada más desatinado y absurdo!

Henri Nouwen, afirma: "Toda la vida y la predicación de Jesucristo estuvo dirigida a un único fin: revelarnos que Dios es un Padre amoroso."

Esta es la verdad acerca de Dios y no otra. Y San Juan Pablo II ha dicho que descubrir que Dios es un padre amoroso: "Es la primera fuente de alegría y esperanza".

Dios es amor, y quien ama quiere que el amado sea feliz. El evangelio es un manual de felicidad, de donde podemos extraer luz, y fuerza para ser auténticamente felices como adultos libres.

Toda la Biblia, y especialmente el Nuevo Testamento, podría muy bien llamarse: "Manual de la auténtica Felicidad Humana".