La polÃtica de exclusión de empleos
El Mirador
Por LuÃs Céspedes Peña
Algunos expertos internacionales, que no siempre responden a las estrategias de sus Estados, sino a intereses particulares, ya están poniendo en práctica una nueva polÃtica para naciones de América Latina, que consiste en promocionar que los empleos en las administraciones públicas sean ocupados por jóvenes, en detrimento de los empleados de edades medianas y más avanzadas, bajo el pretexto de mayor rendimiento, pero la cual no exactamente obedece a los requerimientos de la gestión de calidad, lo que podrÃa convertirse en otro fracaso como el mal recordado neoliberalismo.
Fracasará, no porque a las administraciones públicas entren masivamente los jóvenes, sino porque la polÃtica de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), requiere en los actuales momentos, del uso del capital humano calificado, las ciencias tecnológicas y la experiencia del personal. ¡Es como una mesa de tres patas!
Pero los sectores que están detrás de esa polÃtica no es verdad que apoyan a los jóvenes. ¡Apoyan su sistema comercial y, además de ese supuesto modelo, la imposición de gobernantes que respondan directamente a sus intereses! Lo que ocurre es que los jóvenes adquieren más productos tecnológicos que las personas que ya pasan de los 45 años, en la mayorÃa de los casos.
Y, como esos sectores son grandes productores de tecnologÃas, ¡qué mejor mercado que los jóvenes para comprarlos! El problema es que esos mismos jóvenes mañana serán viejos y también irán a terminar al mercado de la "basura" ya explotados. Se busca, hasta en los concursos, que los candidatos sean menores de 30 años. ¡Es una polÃtica exclusionista!
En la mayorÃa de paÃses de América Latina, los empleados públicos y privados, que en su totalidad ingresaron jóvenes a los empleos, son pensionados (en el Estado, porque la mayorÃa de los empresarios ya no lo hacen), con apenas el salario mensual que ganaban, pero sin un centavo más.
De casi todos los paÃses del área, los empleados públicos dominicanos salen con el dinero que ahorran en las AFP. Pero el Estado y el sector privado deberÃan pensionar, agregándoles el salario por año trabajo, para que éstos no se conviertan en estorbos para la sociedad. ¡Y si no se hace, serán basuras sociales los de hoy y los de mañana!
Las economÃas más desarrolladas del mundo, como son las de Estados Unidos, Japón, Rusia, China, la República de Corea, Francia o España, para sólo citar a algunos paÃses, sus principales soportes son las experiencias, el talento, la disponibilidad de sus servidores, su capacidad y las tecnologÃas. ¡Es un andamiaje, sin importar las edades de sus empleados!
Pero el problema está en que algunos expertos internacionales promueven esa polÃtica de exclusión en América Latina, pero no lo hacen en sus territorios, donde la realidad es otra. ¡Hacen la promoción para garantizar sus buenos salarios!
En la mayorÃa de esos paÃses, la Ley estable las pensiones a los 65 años de edad, pero si los servidores quieren seguir trabajando, hay que dejarlos laborando en las áreas donde ellos puedan ofrecer mejores servicios.
En Japón, por ejemplo, la Ley dice que después que un servidor del Estado es pensionado, la institución a la cual perteneció debe dejar disponible cuatro horas para si éste, si desea volver a trabajar, labor que debe ser pagada extra, lo haga. En Estados Unidos, la potencia económica y militar más grande del mundo, las personas trabajan hasta que puedan hacerlo. ¡Y le sigue dando buenos resultados!
Es por esa razón que esos paÃses son grandes con sus polÃticas económicas y sociales. Lo peor de esa campaña es que algunos técnicos, que normalmente pasan de los 60 años, son enviados a América Latina a promocionar el despido de los empleados que ya pasan de los 45 años, para que se designe a jóvenes menores de 35, a los cuales se explota- en la mayorÃa de los casos- para luego tirarlos a las calles en las mismas condiciones que a los que ellos sustituyeron. Los Presidentes, comenzando por el dominicano Danilo Medina, deben rechazar esa polÃtica de exclusión.
¡Pero cometen un grave error! Van a llevar el problema a paÃses dirigidos por personas con más de 50 años de edad, como es el caso de la República Dominicana, que nuestro gobernante, el licenciado Danilo Medina, ya tiene más de 60. ¡Buscan descalificar a personas que hacen grandes aportes al progreso, incluyendo a lÃderes polÃticos y empresariales!
Pero otros dos lÃderes, en el caso dominicano, que pueden ser Presidentes de la República, porque aspiran a esa posición, son los ex gobernantes Leonel Fernández e Hipólito MejÃa, que también pasan de los 60 años. La mayorÃa de los mejores técnicos de la administración pública pasa de los 50 años. El trabajo del Estado y el sector privado debe estar dirigido a una mayor producción con calidad o a mejores servicios, no a castigar a quienes hicieron posible el desarrollo.
Es importante aclarar que no es que se desprecie a los jóvenes, porque ellos serán los futuros gobernantes, ministros, directores generales, senadores, alcaldes, diputados, regidores, servidores de la administración pública o del sector privado. Lo que estamos sugiriendo es que no se use a los jóvenes en planes destructivos en contra de las otras dos generaciones de empleados, como son la mediana y la de más experiencia.
La polÃtica de reemplazo debe seguir en el paÃs y cualquier otra nación, pero ajustada a la realidad, no a intereses comerciales ni polÃticos, pero hay expertos, de los que vienen a la nación, que con sus expresiones "hieren" hasta los gobernantes con grandes experiencias presentes en los lugares donde ellos llevan sus "interesadas" orientaciones.
Esa polÃtica de exclusión podrÃa convertirse, en un futuro no muy lejano, en manifestaciones como las que ya están ocurriendo en Argentina, donde las Damas de la Plaza de Mayo desarrollan protestas nacionales exigiéndole empleos en el gobierno y el sector privado. Muchas de ellas fueron excluidas de sus empleos, unas nunca fueron empleadas y otras son vÃctimas de la represión que hubo en esa nación.
Lo correcto, para que el PBI crezca, es que los Estados y el sector privado en América Latina utilicen a los jóvenes, a los de mediana edad o a los más avanzados, como lo hacen las grandes naciones más desarrolladas ¡y están ganando! Es muy difÃcil para una persona que fue empleada del Estado o el sector privado, que sea despedida, por su edad, sin dinero ni seguro médico.
Los gobiernos y el sector privado deben fomenten el empleo a favor de los jóvenes o los de mediana edad, haciendo uso de las experiencias de los más viejos. Los jóvenes son la esperanza de las naciones, pero no debemos permitir que sean usados para fomentar negocios e, incluso, pagándoles salarios por debajo de sus capacidades, lo que no responde a una verdadera gestión de calidad.
Hay que evitar los suicidios de ex empleados públicos y privados, agobiados por el abandono que hace injustamente la sociedad en su contra. Los jóvenes son la vitalidad de un paÃs, pero no debemos usarlos para planes contrarios a los intereses de una determinada nación.
¡Gracias por leernos!